¿Nos comunicamos o incomunicamos? La pregunta actual, todos
hablamos pero ¿verdaderamente nos comunicamos?
La comunicación “es el proceso mediante el cual, el emisor
envía un mensaje al receptor, por medio de un canal y a través de un código
conocido por ambos”. Éste es el concepto universal de ella, y es estudiado por
todos desde la primaria hasta la universidad. Con el pasar de los años Shannon,
Weaver, Laswel, entre otros, fueron adhiriendo elementos y complejizando el
mismo, ya que con la evolución no sólo se debía dar un mensaje comprendido por
los actores, sino que había que agregarle la intención, las circunstancias, el
tiempo, el lugar, modo y poco a poco su significado se fue complementando.
La comunicación siempre ha estado presente, si hacemos un recorrido
en el tiempo, podemos observar su inicio,
cuando los homínidas se vieron en la necesidad de comunicarse e interactuar al
bajar de los árboles y utilizaron los sonidos como método de defensa ante los
demás animales que se encontraban en la tierra; posteriormente se fue
perfeccionando con el pasar de los años hasta convertirse en un proceso de
conocido como el habla y la norma (sólo por referirse en la comunicación oral),
en la comunicación escrita hay que hacer mención de los jeroglíficos como
primera formas de comunicación.
El proceso de comunicación es tan complejo que posee
diferentes aristas: oral, escrita, kinésica, grafica, entre otras, pero todas
guardan un elemento común la necesidad del hombre por interactuar con otros.
Basándonos en esta premisa podemos destacar la necesidad
intrínseca que tiene el hombre para comunicarse, y que todo elemento puede ser
manejado para bien o para mal, es decir; para comunicar o incomunicar para
informar o desinformar, de acuerdo a una intencionalidad previamente
establecida.
Todo proceso comunicativo engloba una intensión del emisor,
¿cuál?, dependerá de lo que desea, busca y/o persigue el hablante. En este
sentido caemos en un punto bastante denso, como son las repercusiones sociales,
económicas, psicológicas, políticas y culturales que pueda traer consigo el
mensaje en el receptor o los receptores.
Todo emisor debe hacerse responsable del mensaje que
transmite y de las posibles implicaciones que puede traer el mismo, sin que se
resguarde en una falsa tergiversación del
concepto de “libertad de expresión”. Esta última afirmación engloba desde la
información que se puede generar entre dos personas tomándose una taza de café
o aquella transmitida a través de los medios de comunicación, redes sociales
y/o nuevas formas de interacción, sea a su vez a título personal o en
representación de una empresa, institución o gobierno.
En los últimos años se ha observado como los medios de
comunicación y sus herramientas en redes sociales han incidido en el desarrollo
pleno de la soberanía de las naciones, basados en una supremacía comunicacional
y utilizado herramientas propias de la mercadotecnia; creando mensajes para
apoyar e incentivar intereses propios. No es extraño ver como en algunos países
son las cadenas televisivas quienes
promulgan resultados electorales, antes que los órganos destinados para
tal fin, abogan a favor o en contra de los gobiernos de turnos y/o personeros
particulares, escoden sociedades secretas o pactos entre organizaciones, promueven
golpes de Estados y culminaciones de mandatos, comercializan con los intereses
de los individuos, y muestran realidades parcializadas sobres países en específico,
como estrategia de encubrimiento ante crisis económicas, políticas, sociales y
culturales que viven los pueblos, en medio campañas políticas que se ve
comprometidas como resultado de crisis sociales.
Sin embargo el detalle está, en cómo y con qué fin se
utiliza la comunicación, entendiendo que los medios de comunicación (impresos,
radiales o audiovisuales) son herramientas, así como lo son las redes sociales,
pero que la efectividad de los mismos radica en el mensaje y cómo éste es transferido.
Toda transmisión de información tiene una intencionalidad
anteriormente concebida. El mensaje siempre buscará convencer, ganar seguidores,
adeptos y otros sinónimos. En el caso del mensaje escrito, éste no puede ir
solo, debe siempre ser acompañado de una buena gráfica que reafirme dicha
información, esta imagen (también es un mensaje) que debe contener TODOS los
elementos en armonía, pues buscará que tanto el consciente, subconsciente e inconsciente
lo capten, comprendan y proceda a la fase de divulgación.
El mensaje en la comunicación oral posee los mismos
elementos busca convencer, ganar seguidores, adeptos y otros sinónimos; el
mensaje oral no puede ir solo, debe estar acompañado de un lenguaje corporal
acorde (kinésica) que apoye de manera cónsona la información que se está
expresando.
Los mensajes orales no llegan y se vuelven ilógicos, cuando
en un proceso comunicativo oral, el emisor proporciona una información y su
lenguaje corporal lo contradice, pues estará enviando dos mensajes diferentes a
la vez, uno que es captado por el consciente (el mensaje oral) y el otro por el
subconsciente el transmitido por el (lenguaje corporal), de manera tal, que el
proceso comunicativo se tornará complejo, difícil de procesar, dudoso y
culminará en el fracaso del mismo.
La comunicación entre los seres humanos, no se basa
únicamente en el mensaje, engloba un TODO, cómo se habla, los tipos de lenguaje
que usa, los decibeles de la voz, el cómo se viste (sí aunque eso molesta a
muchos y lo consideran capitalistas, la forma de vestir también comunican, un
excelente ejemplo de ésto son los militares, que saben que su imagen agrega o
resta presencia), cómo se actúa y cómo comporta.
Otro elemento sumamente importante en la comunicación actual,
es la población y los métodos para llegar a ellos. La radio, que ha sido tan
olvidada, sigue siendo el medio de comunicación principal para enviar mensajes,
obviamente su público cautivo es una generación adulta, así que los mensajes
deben ser breves, sin altas cortinas que puedan provocar que el oyente no capte
completamente él mismo por la distorsión.
A su vez, las tan famosas redes sociales, tienen otro
formato y su mayor población de interés radica en una generación más joven que
utiliza estos espacios, cada vez más, desde buscar una noticia (Facebook y
twitter), hasta relajarse viendo fotos y videos (Instagram y Tik-tok).
Aquí hay que hacer una pausa y contextualizar, a nivel
mundial la principal red de interacción es el Facebook en el área noticiosa, en
el caso de Venezuela, la principal red social de interacción noticiosa es
Twitter, quien te solicita simplificar la información en 150 caracteres.
Es decir para comunicar hay que saber qué se quiere decir,
cómo decir, a qué público se quiere llegar, con qué intencionalidad y a través
de qué medios. Las redes sociales siempre serán un apoyo a una estrategia
comunicacional, pero no se puede centrar la comunicación únicamente en ellas.
La importancia y eficacia del mensaje que se transmite
intervienen todos estos elementos que forman parte esencial de la comunicación;
no se puede seguir considerandolos como aislados, sino entender la comunicación
como un conglomerado de grande factores que deben ser utilizados para corregir
las debilidades comunicacionales que se han podido tener y de esta manera
llegar a la población, con un mensaje claro, contundente, trasmitiendo
contenido ideológico, esperanza, sin ruidos que puedan interrumpir o dispersar
dicho mensaje.
No hay comentarios:
Publicar un comentario